¿Qué es el EMDR?

EMDR comprende protocolos y procedimientos estandarizados y contiene ocho fases dentro del tratamiento (historia del paciente, preparación del paciente, evaluación de los aspectos primarios del recuerdo, desensibilización y reprocesamiento del recuerdo traumático, instalación de la cognición positiva, examen corporal, cierre y reevaluación). Se trabaja la memoria traumática del pasado, los disparadores del presente y el patrón a futuro, siendo un tratamiento integral. 

La terapia tiene frecuencia semanal. Esto permite generar un ritmo continuo de terapia que posibilita trabajar más en profundidad en el motivo de la consulta, sin tener que tomar gran tiempo de la sesión en “ponerse al día”. Específicamente en terapia EMDR, el reprocesamiento requiere de un tiempo corto entre sesiones para aumentar el acceso a redes adaptativas y también para poder poder aliviar y contener el malestar que implica el revivir y trabajar memorias traumáticas.

El paciente no debe estar con conductas de riesgo activas, como autolesiones/ ideación suicida/ hipomanía/ manía / psicosis. También se deben dar condiciones de seguridad para que el paciente no genere una descompensación grave. Lo importante es que el malestar sea tolerable y se cuenten con las herramientas para gestionarlo.

Se puede trabajar en la estabilización, ya sea a través de instalación de recursos, desensibilización de disparadores y aumento de condiciones de seguridad interna y externa para luego poder reprocesar.

Reducción de síntomas, adquisición de recursos para enfrentar los desafíos de la vida, mayor autoestima y sensación de autoeficacia, mayor estabilidad anímica, menor sensación de alerta general, menor percepción de dolor psíquico ante eventos del pasado y mayor satisfacción con la vida actual.